Bomba de Calor

La aerotermia es una energía respetuosa con el medio ambiente porque:

  • La energía del aire exterior es una fuente de energía gratuita.
  • La energía contenida en el aire es inagotable, renovable y disponible en la naturaleza.
  • Los sistemas de recuperación del aire, así como los fluidos
    utilizados no contaminan, es decir, no tienen efectos negativos
    sobre la capa de ozono.

La energía térmica está siempre presente en el aire que nos rodea, incluso a
temperaturas extremadamente bajas.

La aerotermia es el nuevo sistema que permite utilizar esta energía, hasta ahora no
explotada, para transferirla a los depósitos de agua caliente.

Para poder utilizar la energía contenida en el aire y transferirla al agua, se tiene que utilizar un agente de transporte energético. En este caso, se utilizan gases fluorados que, al no contener CFC, son respetuosos con la capa de ozono.
La naturaleza nos ofrece la energía necesaria para disponer de confort en la vida diaria.

Los productos aerotérmicos captan esa energía y la transfieren al agua del depósito, gracias a un circuito frigorífico y a un serpentín de alta eficiencia que se dispone alrededor de la cuba del acumulador.

La Directiva Europea 2009/28/ CE incluye la aerotermia dentro
del grupo de energías de fuentes renovables (art. 2).

“La energía ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma o se transfiere.”
(Ley de Conservación de la Energía o 1ª Ley de la Termodinámica)

“Cualquier pérdida de energía se transforma en energía térmica.”
(2ª Ley de la Termodinámica)

Ciclo Termodinámico

1-2 El fluido R134a atraviesa el evaporador, absorbe el calor del aire aspirado y se
evapora.

2-3 Con el compresor, el fluido experimenta un aumento de presión y por lo tanto, de Temperatura.

3-4 El fluido sobrecalentado y comprimido pasa por el condensador, donde cede el
calor al agua y condensa.

4-1 Al atravesar la válvula de expansión, el fluido pierde presión y temperatura, y
vuelve a las condiciones iniciales.

¿Qué es la aerotermia?

La aerotermia consiste en el aprovechamiento de la energía contenida en el aire que nos rodea. Esta energía está en constante renovación a partir de la energía solar recibida por la corteza terrestre, convirtiéndose el aire en una fuente de energía inagotable.

Este aprovechamiento se realiza mediante bombas de calor aerotérmicas, principalmente para sistemas de calefacción y para la producción de agua caliente
sanitaria a alta temperatura.

Las bombas de calor aerotérmicas, a diferencia de las bombas de calor aire-agua
convencionales, están diseñadas y construidas para obtener la máxima energía del aire exterior en condiciones climáticas muy severas, tanto en invierno como en verano.

Gracias al sobredimensionamiento de sus componentes, son capaces de captar más
energía del exterior. Además disponen de un compresor especialmente diseñado que permite alcanzar temperaturas de trabajo por encima de 60 ºC. Esta particularidad las hace aptas para sustituir a calderas en sistemas de calefacción convencional o como fuente de producción de ACS durante todo el año.

El desarrollo de las bombas de calor aerotérmicas hace posible que sean una alternativa a los sistemas convencionales de calefacción. Frente a estos, el proceso de instalación y puesta en marcha es más sencillo y seguro y los requerimientos de mantenimiento de este tipo de equipos son muy reducidos.

Las instalaciones de calor aerotérmicas no dependen de un almacenamiento de
combustible que se debe renovar periódicamente o de acometidas especifícas, y la
ubicación de las máquinas no está condicionada por chimeneas o producción de gases de combustión.

Una moderna instalación de calefacción con bombas de calor aerotérmicas, nos permite combinar sistemas de calefacción de baja temperatura con la producción simultánea de ACS en las debidas condiciones higiénicas y, con un buen diseño de instalación, con el mismo sistema realizar la refrigeración en verano sin perder el resto de capacidades.

Los costes totales de explotación de las bombas de calor aerotérmicas son uno de los más bajos de los sistemas de calefacción y por su excelente aprovechamiento energético contribuyen a una reducción de los niveles globales de CO².